Alopecia frontal fibrosante, también en varones

La alopecia frontal fibrosante afecta principalmente a mujeres después de la menopausia. Con el paso de los años se ha visto que también afecta a mujeres antes de la menopausia y también a los hombres. Hasta hace poco los casos de alopecia frontal fibrosante en varones eran anecdóticos, pero poco a poco vemos un aumento progresivo de casos. En este último año hemos llevado a cabo una investifación que ha permitido describir las características de los varones afectados por la alopecia frontal fibrosante. El estudio lo ha coordinado el Dr Adrián Alegre y se ha publicado en la revista de la Academia Europea de Dermatología.

Varón joven con alopecia frontal fibrosante. Se puede ver cómo se han perdido las patillas y la barba.

En el estudio sólo se incluían varones con diagnóstico clínico e histológico (es decir, confirmado mediante biopsia cutánea) que hemos seguido en consulta durante al menos 3 años. Se evaluó la extensión de la alopecia y se realizaron estudios analíticos para buscar alteraciones hormonales y en el sistema inmunitario. En total se pudieron estudiar 12 pacientes, que tenían edades muy variadas (desde los 21 hasta los 73 años). Se puede destacar que:

  • No se encontraron alteraciones analíticas del sistema inmune ni alteraciones hormonales asociadas a la aparición de la alopecia frontal fibrosante.
  • La pérdida de cejas es menos frecuente que en las mujeres con alopecia frontal fibrosante, pero tambien puede ocurrir.
  • Es más frecuente la aparición de pápulas faciales (asi llamamos a las pequeñas rugosidades que aparecen en la piel de la cara).
  • Se suele perder parte o toda la barba y también las patillas, algo que no sucede en otros tipos de alopecia, como la calvicie masculina común.

Describir las características de estos pacientes es el primer paso para conocer mejor cómo se comporta la enfermedad en los varones  y así poder ofrecer las mejores soluciones. Además permite desarrollar nuevas teorías sobre el origen de la alopecia frontal fibrosante abriendo la posibilidad a nuevas vías de investigación.

 

¿Puede ser el tabaco positivo para la alopecia frontal fibrosante?

El tabaco es un problema de salud de primer nivel. Produce directamente 60.000 muertes al año en España, más de 1 milón en los últimos 30 años. Varios de sus componentes han demostrado la capacidad de producir cáncer por sí solos. Además multiplica por 11 el riesgo de padecer enfermedades crónicas respiratorias (como el EPOC) y supone un coste sanitario que supera la recaudación de impuestos asociada a su compra. Por estos motivos, cualquier texto que pueda defender cualquier aspecto positivo de fumar tabaco en alguna enfermedad, hay que dar por hecho que los efectos negativos los superan siempre con creces.

Efectivamente algunos estudios científicos han podido asociar el hábito de fumar con efectos positivos sobre algunas enfermedades, pero estos efectos siempre son mínimos y no justifican promover el tabaco como prevención o tratamiento de nada. ¿Entonces para qué sirve estudiar estos efectos? ¿Por qué se publican estudios asi en revistas científicas que pueden confundir a la población?

Conocer los mecanismos mediante los cuales el tabaco, o cualquier sustancia nociva, es beneficioso para alguna enfermedad puede ayudarnos a entender mejor c’omo se produce la enfermedad y describir nuevas opciones de tratamiento que podían haber pasado desapercibidas. La historia lo confirma, sólo hay que recordar que el gas mostaza se utilizaba como arma química en las grandes guerras de principios del siglo XX y después resultó ser un buen tratamiento antitumoral. O, por ejemplo, cómo en los últimos años se están diseñando moléculas que provienen del cannabis para el tratamiento de enfermedades neurológicas.

En los últimos meses hemos querido estudiar en nuestro grupo de pacientes con alopecia frontal fibrosante algunos de sus hábitos y entornos ambientales que pudiesen ayudar a encontrar factores perjudiciales o beneficiosos para su enfermedad. El estudio fue coordinado por el Dr Pablo Fonda y se ha publicado en la revista de la Academia Europea de Dermatología. En total se estudiaron 72 mujeres de las cuales fumaban un 40.3%. Se pudo comprobar como las fumadoras presentaban grados de alopecia frontal fibrosante más leves y discretos, mientras que las pacientes que no fumaban tenían formas de alopecia frontal fibrosante más avanzadas.

Hay que reconocer que esta asociación no implica causalidad, es decir, este estudio no es suficiente como para establecer una relación causa-efecto entre fumar y tener una alopecia frontal fibrosante menos extensa. Sin embargo, no es la primera vez que se ha observado un menor número de fumadoras entre las pacientes con alopecia frontal fibrosante y se sabe que el tabaco puede alterar el metabolismo de algunas hormonas que quizá jueguen un papel en esta enfermedad. Si estudiamos esas alteraciones quizá nos sirvan para conocer mejor las causas de la alopecia frontal fibrosante y establecer nuevos tratamientos.